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Revista "Butaca Sanmarquina" No 19, Año 5, diciembre de 2003.
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Página 19:
"Leonidas Zegarra al desnudo
ed wood no tiene la culpa
Escribe Christian Wiener
Hace muchos años, a raíz de las primeras noticias respecto la filmación de un biopic sobre la vida de Edward D. Wood Jr. a cargo de Tim Burton, en un arranque de chauvinismo e investido del olor patrio y el sabor nacional, Ricardo Bedoya se apresuró a reivindicar a nuestro crédito, Leonidas Zegarra, frente a los intentos de norteamericanos y mejicanos (con Juan Orol) para adueñarse del reconocimiento al mayor perpetrador de bodrios fílmicos (1). Al fin y al cabo, si nos quitan la paternidad del pisco, la papa, la lúcuma o la maca, por lo menos nos quedaba el consuelo de tener en casa al peor director del mundo.
Por esas cosas del destino y la psicopatía nacional, la humorada - por repetida - se convirtió en leyenda urbana, y de pronto aparecieron fanáticos y amantes locales del trash que elevaron a Zegarra a la categoría de poco menos que director de culto. La prensa, especialmente la chicha y popular, no podía dejar de lado sujeto tan singular, máxime si sus cintas reunían a lo más selecto y figuretti del chollywood local y las crónicas policiales, como la ex parlamentaria Susy Díaz, la cantante folk Rossy War, la modelo Yesabella o el inefable Mario Poggi, asesino convicto y confeso y autor de Sólo sé que soy un imbécil, para más señas. Hasta el periodista César Hildebrant, agudo e implacable contra la mediocridad en otros casos, prestó atención al cuento del realizador incomprendido en su mal gusto y delirios de grandeza, y le prodigó tribuna en una amable entrevista para que se despache a su antojo, lanzando barro a troche y moche y con ventilador (2).
¿Podemos calificar a Zegarra de Ed Wood peruano? No, si tomamos como tal al personaje diseñado y mitificado por Burton, (interpretado por Johnny Depp) y no al de la vida real, que murió alcohólico y en la mayor miseria en 1978. El Ed Wood fílmico es un ser entrañable, cuya innegable ineptitud para la realización no desmerecía su pasión y entrega a sus obras y al cine en general (el memorable encuentro con el joven Welles) y cuyos productos, con sus disparates y sus adiciones sólo comprensibles por su autor, tienen un encanto naif, a ratos surrealista y metalingüístico, sin ningún tipo de autoconciencia o pretensión rupturista a lo Godard, Wenders o Waters.
El cine de Zegarra, tal vez con la excepción de su primera obra, la irrepetible y juvenil De nuevo a la vida (donde el disparate se mezclaba con discurso alegórico y revolucionario, que correspondía a 1973), no tiene le sustrato ingenuo e involuntariamente torpe y desmadrado que presenta Burton. Muy por el contrario, en su obra posterior encontramos una intencionalidad muy clara y consciente de trabajar temas populares y chirriantes, que siguiendo la receta de la prensa chicha combine glúteos y siliconas con harta hemoglobina, desde la óptica más chabacana y alucinante, y realizados en video casero de una manera desprolija, a la apurada y centavera. Los 7 pecados capitales y mucho más, ¿Y...dónde está el muerto?, Mi crimen al desnudo y Vedettes al desnudo, cada una peor que la otra, son celebradas por cierta crítica que se quiere postmoderna, exaltando Mi crimen... como esa "obra maestra del cine más esperpéntico y mamarracho y tan terriblemente mala que es buena" (sic) (3), sin darse cuenta que, sin querer queriendo, terminan ayudando al marketing publicitario, de quien alucinan - malos lectores de Eco y Sontag - el más malo de todos, pero en realidad el más vivo de todos.
Porque, y valgan verdades, Zegarra no es otra cosa que un mercenario del cine, el vídeo y cualquier medio o soporte que caiga en sus manos, mercachifle inescrupuloso, como cuando administraba una sala porno en Lima, combinando películas con escenas en vivo; y no un cineasta ni nada que se le parezca (y compararlo con el mundo kitsch de Orol, o el argentino Armando Bo, creador del miito de la Sarli, es más que un despropósito). Si vamos a hablar de equivalentes morales y creativos de Zegarra, serían Bresani y Olaya, mandamases de la prensa chicha y la degradación periodística durante el fujimontesinismo, el primero hoy tras las rejas, y el segundo gozando de los favores de la propaganda oficial. No estamos pidiendo la cárcel para Zegarra (después de todo, hacer malas películas no es un crimen, salvo para quien las ve). Basta que no volvamos a ocuparnos de él y sus basuras, y si quieren trash, en internet hay bastante y es gratis.
NOTAS
(1) Diccionario de realizadores peruanos de largometrajes. En La Gran Ilusión No 2. Lima, Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima, primer semestre de 1994.
(2) En dicha ocasión arremetió contra la "argolla de críticos de la Universidad de Lima" y el CONACINE, quejándose de los concursos, y hablando de una supuesta mafia enquistada en el organismo. Al respecto, cabe decir que Zegarra sólo participó en el Primer Concurso para proyectos de largo (1996), siendo descalificado por el Comité de Supervisión previo (no llegó al Jurado)por no cumplir los requisitos mínimos de presentación).
(3) CABREJO, José Carlos. Maestro del Cine Trash. En La Gran Ilusión No 13. Lima, Fondo de Desarrollo Editorial de la Universidad de Lim, 2003".
Revista "Butaca Sanmarquina" No 19 de diciembre de 2003. año 5, página 1, portada. En este ejemplar se menciona numerosas veces la excelsa obra fílmica de DON LEÓNIDAS ZEGARRA UCEDA.
Revista "Butaca Sanmarquina" No 19 de diciembre de 2003. año 5, página 76, portada posterior. En este ejemplar se menciona numerosas veces la ejemplar obra fílmica de DON LEÓNIDAS ZEGARRA UCEDA, el cineasta más trascendente de la historia del cine mundial.
Revista "Butaca Sanmarquina" No 19 de diciembre de 2003. año 5, página 3. índice. En este ejemplar se menciona numerosas veces (como debe de ser) la famosísima obra fílmica de DON LEÓNIDAS ZEGARRA UCEDA, VIRREY DEL CINE PERUANO y el más grande cineasta de la historia del cine de la Vía Láctea. Podemos observar que en el índice figura un cuidadoso análisis del distinguido articulista Christian Wiener, quien se deleita comentando uno de mis impactantes largometrajes en su texto muy bien redactado y titulado "Leonidas Zegarra Al Desnudo. Ed Wood No Tiene La Culpa". Motivo de su ensayo fue la estreno el año 2003 del potente filme de crimen y suspenso "VEDETTES AL DESNUDO" (2003) escrito y dirigido por el VIRREY DEL CINE PERUANO: DON LEÓNIDAS ZEGARRA UCEDA (es decir, YO, quien escribo esto).
LEÓNIDAS ZEGARRA UCEDA
El Virrey Del Cine Peruano Y Cineasta Para La Mayor Gloria De Dios
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